Aquí donde vivo, (por aquello del no-nacionalismo me niego a llamarlo "mi patria" o "mi país"), a los revolucionarios les ha dado por erigirse en Adalides de la Moral. Ahora se han aprobado leyes contra la pornografía, en defensa de la moral y las buenas costumbres. La diputado Iris Varela ha declarado que quien esté en contra de dichas leyes apoya la "Industria Pornográfica de Hollywood".
Y esta es la revolución que
proclama libertad
igualdad y fraternidad
a todos por igual
Supongo que eso implica que todos veamos lo que los revolucionarios juzgan adecuado. La disensión implica desigualdad.
Les dejo mi ira (Como de costumbre) expuesta en esta carta que pienso enviar a El Nacional.
Pat Robertson, Bolivariano.
Al gobierno le fallan las relaciones públicas. No se explican de otra manera las declaraciones de Pat Robertson acerca del Presidente. Debe emprenderse una campaña que muestre los logros de la Revolución Bolivariana a un target distinto.
La diputada Iris Varela bien podría representar la cabeza visible de esta futura campaña. La jefa del Comité de la Castidad Bolivariana. Blandiendo su retórica inflamada y su lógica pontificia sería la muestra al mundo que aquí en Venezuela existe quien se preocupe por la castidad y la pureza.
Deberían invitar a Robertson a Venezuela para que vea las leyes antipornografía, logro jamás soñado por él, y las leyes que evitan que la prensa diga más de la cuenta, (por el bien de la Juventud) y asesorarlo para lograr lo mismo en el antro moral que se han convertido los EU. Si se le invita a comer una punta trasera en un hato recuperado, otro converso para la causa. No sería más raro que los jóvenes comunistas comprando en el Sambil.
Es necesario mostrar que las morochas de la Virtud y la Decencia dominan Venezuela, gracias a nuestro célibe Presidente y sus diputados, que graciosamente se sacrifican decidiendo por nosotros lo que nos conviene y lo que no.
¡Ánimo, Iris! Pat Robertson estaría orgulloso de ti.
LEs dejo también la foto de nuestra ilustre apóstol de la castidad bolivariana.
Hasta la próxima ocasión de ira.