Una de las cosas que recuerdo de The Twilight zone, acá conocida como "la dimensión desconocida", es que sus personajes aparentemente estaban en el medio de una existencia normal, hasta un poco anodina, antes de ser golpeados por la ola de extrañeza que se les venía encima, que podía ir desde monstruos del espacio exterior hasta una variación universal de los patrones lingüisticos.
Ayer, observando el titular de Chávez despotricando acerca de la presencia de "infiltrados" en su partido, cuando los supuestos infiltrados son sus más acérrimos seguidores, me sentí en una realidad paralela. Si Lina Ron es una infiltrada, todo es posible. Aparte del tono de purga estalinista que está asumiendo (más aún) todo este "proceso", llamando a todo disidente, incluyendo a los internos, traidor e infiltrado. Sin duda es sospechoso que un gobierno que se fundamenta en fomentar el odio y la paranoia, que condecoró públicamente a personas que sin permiso de armas dispararon ante cámaras de TV a plena luz del día el 11 de Abril aquel cuando según Chávez, no pasaba nada, ahora juegue a la mesura. ¿Será porque justo ese día estaba toda la prensa internacional pendiente de las aberraciones de la infiltrada Ron en lugar de la entrega de los rehenes?.
Ya sabe, señora Ron. En la revolución de los jalabolas (pelotas, para los españoles) todos somos prescindibles y calumniables. Más aún cuando si le quitamos su papel central a Chávez. Acá el pecado no es la corrupción, el abuso de poder o la ineficiencia. A semejanza de Jehová, la ofensa máxima para Chávez no es nada de eso, sino que no se le rinda la debida pleitesía.
Saturday, March 01, 2008
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