Como siempre, iracundos saludos, amigos lectores.
De vuelta luego de unas semanas de montaña rusa emocional.
El domingo 23 del mes pasado me llegó un correo que me dejó sin aliento. La aceptación de una ponencia acerca de si es ético o no el aumentar las facultades cognitivas de los grandes simios en el Primer Coloquio de las Personas Transhumanas, que será realizado en Melbourne, Florida, EU, el 10 de diciembre. A decir verdad, señores, ni terminé de leer el correo. Me paré de la silla en el apartamento de mi amigo César y empecé a dar brincos por la sala, mientras Alzoray, mi amiga y esposa de César, me miraba con cara de “¿Y a éste loco que le dio?”. Cuando terminé de ver el correo me di cuenta que la gente de la fundación Terasem (www.transhumanlaw.org) me paga absolutamente todo. Hasta un carro alquilado si supiese manejar.
Y no podré ir. Casi seguro.
¿Por qué? Mea culpa. No saqué el pasaporte cuando debí, ya perdí una oportunidad de viaje por ello. Dolió, pero aprendí. Traté de sacar el pasaporte por Internet (www.onidex.com.ve) desde que se estableció el servicio, a principios de septiembre pasado. Hasta el lunes nunca pude entrar. Siempre me decía (incluso un miércoles a las 3 a.m. o un martes a las 5 a.m.) que había demasiadas solicitudes en el sistema, que intentase más tarde. Y como no era urgente, lo dejé correr. Algún día caería. Apliqué al coloquio sin mucha esperanza, puesto que estaba orientado a estudiantes de leyes. Básicamente ni siquiera escribí un abstract. Esbocé una idea, les pregunté si les gustaba y si podía participar estudiando biología y física. No me respondieron por casi un mes, pensé que no iban a hacerlo. Y de repente llega ese mail. Y yo sin pasaporte y por lo tanto sin visa. Allí comenzó mi calvario.
Primero lo primero. Seguir intentando en la ONIDEX. Nada. Fui a la oficina aquí en Mérida al día siguiente. No encontré al Jefe. Me dijeron que el Jefe daba audiencias el miércoles en la mañana. Fui. Me dijo que no podía hacer nada. Que tenía que ir directo a Caracas. Mientras tanto, la gente de Terasem me mandó una carta formal de aceptación en papel vía Fedex. Así que el viernes en la mañana, luego de 16 horas de viaje, estaba en Caracas, molido, pero esperanzado. La carta no había llegado. Fui a la oficina central. Vuelva más tarde. Volví más tarde. Sin carta oficial no me aceptaban la petición de tramitarme el pasaporte con urgencia. Volví el lunes. La gente de Terasem me mandó por mail la carta escaneada. Voy con la carta a la ONIDEX. Me dice el funcionario que “En este país nada se hace rápido” cuando le manifiesto el motivo de mi visita. Suspiro. Cuento hasta 10. Sigo, le muestro la carta, le saco copia a los documentos. Se los llevo de nuevo, para que me firmen la copia como recibida. El funcionario revisa los documentos con aire de mucha suficiencia y cara de culo. Me chilla a escasos centímetros de la cara, con la carta (que estaba en inglés) en la mano: “¿Dónde está la carta de invitación?”. Le digo: “La tiene Ud. en la mano”. La mira, se le quita la cara de culo y el aire de suficiencia. Son reemplazados por hostilidad. Se lleva los papeles. Los trae. Me dice que espere respuesta en 5 días hábiles. Le digo si no se puede antes. Me dice que no. Le digo que vengo del interior. Me dice que no importa. Me señala unos teléfonos y me dice que llame.
Después de trámites infructuosos y llamadas inútiles, me regreso a Mérida el martes. Así llega el viernes. Llamo al número que me dieron. Nada. Llamo otra vez. Me atiende una secretaria. Me pregunta la fecha de mi solicitud. Me dice que en una o dos semanas deciden mi caso. Le digo que no tengo visa, que necesito el pasaporte lo antes posible, le explico el asunto. Me dice que no es una emergencia. Que las emergencias son médicas y que “el dotol tiene centenales y centenales de solicitudes ” . Que ella no puede hacer nada. Le digo yo “Señorita, que yo sepa, leer es una actividad relativamente rápida”. Pero no. El dotol tiene muchas solicitudes. Se supone que una persona con estudios de derecho y ciencias políticas debería leer rápido, por aquello de memorizar tanto código legal. Pero parece que no. Ni de vaina.
En resumen: En las eficientes oficinas de la ONIDEX se tardan de dos a tres semanas para decidir si algo es o no una emergencia. Digno del Aunque Ud. No Lo Crea de Ripley. Maldita ineficacia burocrática. La ira es más grande que de costumbre. Pierdo esta oportunidad por no vivir en un país decente (O por no tener el dinero necesario para sobornar y conseguir mi pasaporte en 3 días). No tiene sentido decir que en Europa se saca uno el pasaporte en 15 minutos. Nuestro nivel de vida no es el mismo. Pero si tiene sentido el decir que en Colombia se saca uno el pasaporte en media hora, según me cuentan amigos de allá. Colombia, con problemas más graves que los nuestros, con menos recursos, con más millones de habitantes. Colombia, de donde salían tantos emigrantes, en Colombia, señores, se sacan el pasaporte en media hora. Y aquí no se puede. Será la bota yanqui. O la CIA. O los efectos del colonialismo español. Porque sabemos muy bien que nosotros somos infalibles. Ventajas del patriotismo.
Yo no renuncio a la idea. Haré lo que pueda. Me va a doler mucho si no voy, pues siempre he querido viajar, nunca me he montado en avión. Quiero conocer los puntos de vista de la gente que va a estar, me interesa el tema, quiero dar a conocer mi punto de vista y por sobre todo, demostrar que el análisis del futuro y lo que nos trae no es patrimonio exclusivo de señores maduros del primer mundo. No. Aquí en el sur tenemos mucho que decir, mucho qué mostrar. Y los jóvenes somos más que caras tersas que aparecen en TV y anuncian productos de belleza. Somos más que recepcionistas, anfitriones y trabajadores de McDonald’s. No tendremos experiencia, pero tenemos ideas. A pesar de lo que crean muchos y de la imagen que nos quieren vender (Será la ira de otro día cuando lo cuente) somos más que pura apariencia vana.
Sunday, March 05, 2006
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